Ring… Ring….! Son las 7: 30 y suena el despertador. Carlos Celorio nos prepara un zumo natural de mango, tostadas con miel y una café para afrontar el día!
En Viñales cogemos un autobús hasta el embarcadero y después el ferry que nos lleva a Cayo Levisa. El viaje es un poco largo, una hora de autobús y media de ferry ¿merecerá la pena?
Una vez en el embarcadero cruzamos un puente de madera rodeados de manglar y atravesamos el hotel, el único que hay en Cayo Levisa, y por el que tienes que pasar para poder entrar.
Empezamos a pasear por la playa buscando un lugar un poco más alejado del hotel. Es entonces cuando vemos una especie de sendero entre el manglar, pues por la playa no podemos seguir caminando ya que la marea está un poco alta.
El camino es de lo más entretenido pudiendo disfrutar del azul turquesa del agua y del manglar que, ¡nos hace sentir como en supervivientes! Incluso vemos cangrejos ermitaños.
Nuestro fin es llegar al final de la isla, a Punta Arena. Nos encontramos una indicación en el camino así que ¡vamos bien!
Aunque nos cruzamos con más turistas por el camino, cuando llegamos al final de la isla estamos completamente solos! ¡Es el paraíso!
Se trata de un paraje casi virgen de agua turquesa, rodeado de manglar donde abundan las esponjas.
Disfrutamos del paisaje, de la playa y de la tranquilidad de estar en un lugar alejados de todo. Edu está en plan sirenito…
…hasta que de repente algo salta por los aires…Un gran dolor hace que pegue un grito y nos asustamos mucho…
Resulta que este animalito tan simpático se ha pegado a su pie y del dolor que ha sentido, ha salido disparado.
La primera reacción es quitarse los tentáculos con la mano y hacerse un lavado de arrastre con la toalla, pero igual ya es tarde… Este animalito, nos estropea el plan del día con tan sólo rozarnos el pie.
El dolor es insoportable y empieza a perder sensibilidad en el pie, que además está inflamado, y fuerza en la pierna.
De camino al hotel nos encontramos a un trabajador y «nos anima» «¿os a picado la medusa azul? pues es la carabela portuguesa tendrás que ir al hospital, es muy grave, hay gente que se muere….»
¡vaya, hemos encontrado al cubano optimista!
Tardamos 45 minutos en llegar al hotel. Por fin, nos atiende el médico, al principio no nos da mucha seguridad, pues su presentación es… «Soy Jesús, vuestro salvador en la tierra» pero no hay un ferry hasta las 17.00 así que solo nos queda confiar.
El médico limpia y cura la herida, por un módico precio de 25 CUC y nos da crema y pastillas para una semana.
El tiempo que nos queda en Cayo Levisa será para disfrutar de la playa desde la hamaca.
Después del susto vamos a por el sandwich, que la verdad, no es cosa del otro mundo. Otra historia que contar, afortunadamente con final feliz.
Para llegar a Cayo Levisa y ante la falta de tiempo, contratamos una excursión, para la que había dos opciones:
– bus + ferry + sandwich y bebida 39 cuc / persona.
– bus + ferry + buffet 47 CUC / persona.
Si te gusta este lugar es posible que te interesen estos artículos:
Nos haría muy felices que nos dejaras unas palabras en comentarios.